El amor es uno de los temas que más controversia causa en nuestras vidas en este tiempo. Sea que acabamos de pasar por un quiebre amoroso, que conocimos a alguien nuevo, que no estamos seguras si es el indicado o no o que simplemente no sabemos que hacer para devolverle la chispa a nuestra relación, es común que continuamente nos preguntemos si es que existe una receta mágica para que todo salga a la perfección: la respuesta es sí, sin embargo, no es sencillo y viene con varios sacrificios de la mano.

Probablemente no era la respuesta que esperabas, estamos tan acostumbrados a que las cosas sean más sencillas, más instantáneas, con menos complicaciones, pero si somos honestos, todo aquello que vale la pena nunca se nos dará a menos que luchemos y demostremos lo mucho que lo queremos. Con esto en mente, también es necesario recordar que cada uno tiene sus propias ideas de lo que quiere en una relación y que nunca, absolutamente nunca, deberás aceptar estar en una relación abusiva (otro tema completamente diferente). Aquí nos referimos exclusivamente a una relación completamente sana por la que has decidido luchar y que quieres mantener en el tiempo.
1. Quedarnos pegados en el pasado
Seguir pensando en el pasado, sea algo que nos haya pasado con nuestra pareja o con otra persona, es definitivamente lo peor que puedes hacer. No sólo te priva de vivir el presente junto a la persona que más amas sino que también hace que continuamente mires todo desde una perspectiva negativa. Si hay cosas que te molestan, lo mejor que puedes hacer es hablar de ellas, solucionarlas y luego dejarlas ir. De esta forma no crearás una separación innecesaria.
2. Olvidarnos de la importancia del contacto físico

3. Asumir que ya sabes todo lo que necesitas de tu pareja

Los seres humanos estamos constantemente cambiando y evolucionando por lo que sería un error asumir que ya conoces a tu pareja la perfección y que no necesitas seguir esforzándote. Muy por el contrario, deberás seguir preguntándole cosas y cuestionándolo constantemente y de esta forma nunca sentirás que la persona que tienes a tu lado es un completo extraño.
4. Dejar de comunicarse

Usualmente dejamos de comunicarnos sin siquiera darnos cuenta. La vida se pone muy ocupada, los días pasan rápidos y estamos muy cansados, sin embargo, todo lo que piensas y lo que te pasa no es obvio para tu pareja, a menos que se lo digas. Por otro lado, estar involucrado en la vida del otro permitirá que sigan conectados, presentes y amándose.
5. Evitar hablar temas importantes por miedo al conflicto

Hay veces en que sabemos que tenemos una conversación pendiente que no será sencilla y en vez de evitarla, deberíamos ser valientes y dejar que las palabras fluyan de la mejor manera. Conversar de temas difíciles no significa que se estén distanciando, simplemente significa que tienen una relación suficientemente madura como para hablar de estos necesarios temas.
6. Pensar todo demasíado

Toda relación necesita una cuota de emoción y sorpresa y aunque habrá cosas que necesitarás pensar con cuidado, hay otras situaciones en las que simplemente tendrás que dejarte llevar. Confía en tu instinto y en tu pareja, no te arrepentirás.
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